KINTSUGI

Carpinteria de Oro

Hace unos días leyendo el libro Quirón y el Don de la Herida - Alejandro Lodi me encontré con un concepto que no conocía y que al mismo instante de su descubrimiento me pareció absolutamente fantástico y mágico: Kintsugi.

Dice Lodi en su libro, en el capítulo 5:

En la cultura japonesa existe un modo de arte llamado Kintsugi. Consiste en tratar con objetos rotos sin ocultar la fisura, sino realzándola. (...)

El Kintsugi, por su parte, propone una concepción completamente distinta: exponer la rotura como un valor. Lejos de disimularla, se destaca la unión de los fragmentos con resina de oro, plata o platino. Esto permite que se revele una belleza que no estaba presente en el objeto original. (...)

Fue como una revelación para mí; tratamos todo el tiempo de ocultar nuestras heridas, vulnerabilidades y lo que creemos son nuestros puntos "débiles"; sin embargo pueden ser nuestras mayores fortalezas.

Nuestras heridas, son nuestras batallas vividas, nuestras experiencias que han formado el ser que hoy somos, parte clave de nuestro camino, y que han sido nuestros momentos de resiliencia, de ser ese ave fénix que todos tenemos dentro. Así que la invitación es a cubrirlas de oro, a resaltarlas, solo muestran nuestra fortaleza para levantarnos en nuestros momentos más duros, más oscuros. Y que hoy son parte de nuestra luz y nuestro brillo.

Cuando fui a leer la definición de Kintsugi en Wikipedia me terminé de enamorar de este concepto, dice

Kintsugi, en japonés carpintería de oro 

Me pareció mágico que hagamos carpintería de oro con nuestras vulnerabilidades, nuestras heridas y todo aquello que nos esforzamos por esconder. Este trabajo de esconderlo nos implica un enorme gasto de energía, y me parece que energéticamente puede ser más rentable que les hagamos carpintería de oro y totalmente orgullosos de nuestro camino las volvamos parte de quienes somos, integrarlas y valorarlas como nuestros triunfos.

¿Qué escondes, qué quieres ocultar?

Los invito a revestirnos de oro para brillar como los guerreros de luz que somos. Ser auténticos, únicos, diferentes, increíblemente valiosos y parte de un todo en el que no es necesario encajar, ya formamos parte.

 

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